Beneficios para los productores y consumidores
Las IGs brindan una serie de efectos beneficiosos, no sólo para productores, sino también para consumidores y comunidades locales. Ante la presencia de un producto cuyas cualidades únicas dependen de su origen geográfico, establecer una IG podría tener un impacto positivo en relación a la producción y empleo de la región. Ello permitiría a los productores comercializar el producto a un precio premium (los consumidores se encuentran dispuestos a pagar tal precio a cambio de calidad “certificada” por la IG); asi tambien, permitiría una mejor distribución de ingresos a lo largo de la cadena productiva. Más aún, las IGs motivan a la diversificación de la producción, representando una excelente herramienta de acceso al mercado. En un contexto de mercado global, los consumidores buscan cada vez más productos únicos; de calidad. Gracias a las IGs, los consumidores pueden beneficiarse de un rango más amplio de elección y diversidad. Así también. al preservar producciones tradicionales, las IGs contribuyen a evitar la estandarización de los productos alimenticios[1].
IGs: una herramienta de acceso al mercado
Las IGs han sido consideradas por largo tiempo como un fenómeno exclusivo de Europa; sin embargo, los países en desarrollo, tienen un importante potencial en el campo. Existen numerosos casos de nombres geográficos que se encuentran o bien protegidos o en proceso de reconocimiento en su país; tal es el caso de “Café de Colombia”, “Aceite de Argán” de la región de Souss Massa Draa en Marruecos, “Phu Quoc” de Vietman, café “Blue Mountain” de Jamaica, “Pochampally Ikat” un textil del estado Indú de Andhra Pradesh, “Pisco” de Perú, “Quinua Real de Lípez” de Bolivia, “Hereke” un tapete específico de Turquía y muchos otros, que muestran que la IGs pueden generar riqueza y valor agregado en países en desarrollo.
Las IGs como herramienta de mercado para negocios agrícolas y productos artesanales
A diferencia de otros derechos de propiedad intelectual, como las patentes o marcas, que requieren de conocimientos innovadores y tecnología capaz de aplicación industrial, las IGs se encuentran generalmente basadas en un nivel mínimo de innovación[2]. Los países en desarrollo son ricos en este tipo de conocimiento tradicional, generado y transmitido por generaciones. Un uso apropiado del esquema de IG, puede ayudar a transformar este conocimiento en productos de mercado y a alcanzar mercados internacionales.Más aún, los países pobres tienen una ventaja competitiva en sectores de mano de obra como el agrícola y artesanal. A tráves de IGs (que por definición se aplican a estos sectores), los productores de bienes genéricos en países en desarrollo pueden convertirse en exportadores de negocios agrícolas y productos artesanales.
Efectos secundarios sobre la economía
Las IGs tienen el potencial de generar efectos positivos en la economía de un país (empleo, creación de oportunidades en otros sectores -como el turismo-, prevención del éxodo rural, etc.); la protección del ambiente, asuntos de género, preservación de conocimientos tradicionales y biodiversidad, etc. Estas cuestiones tienen una importancia estratégica en países en desarrollo; por ejemplo, siguiendo a varios estudios de la “ iniciativa de biocomercio de UNCTAD” concluyó que, más que otros derechos de propiedad intelectual, las IGs tienen características que responden a normas de uso y manejo de bio-recursos y conocimiento tradicional, característicos de la cultura de muchas economías locales e indígenas [3]. Mas aún, las IGs tienen el potencial de contribuir a la protección del medio ambiente; un ejemplo que explica bien este componente es el “arbol de Argán” en Marruecos (usado para la produccion de aceite de Argán), que contribuye a frenar el proceso de desertificación en la región de Souss Massa Draa. [4].
Previniendo la deslocalización
Otra ventaja de países en desarrollo es la oportunidad que ofrecen las IGs de prevenir la deslocalización de la producción. Una IG sólo puede ser producida en determinada área que confiere al producto –dado su clima, territorio o factor humano- determinadas características. Como resultado, las grandes compañías se encuentran restringidas para “capturar” el valor adicional de los productos tradicionales y sus métodos relacionados mediante la apropiación de estas técnicas y de la producción de los bienes fuera de su área de origen.
“Derechos Colectivos” y distribución de los ingresos
Las IGs representan un caso específico de derecho de propiedad intelectual. Las IGs no confieren derechos individuales (como en el caso de las patentes o las marcas); más bien, confieren “derechos colectivos”. En este caso el derecho sobre el nombre geográfico no pertenece a una sola compañía, sino a todos los productores en determinada área geográfica que respeten el pliego de especificaciones. Este tipo de derecho encaja particularmente bien en las estructuras de países en desarrollo, donde la comunidad suele jugar un rol esencial, y tiene un tremendo potencial en términos de distribución de ingresos. Para los pequeños productores de países en desarrollo, las IGs presentan varias ventajas adicionales sobre las marcas: conllevan menores costos de registro, no requieren renovación, pueden ser objeto de protección sin gozar de distintividad adquirida, presentan mecanismos de observancia y cumplimiento más efectivos y menos costosos, así como una protección más fuerte contra el uso del nombre en las traducciones y respecto de expresiones tales como “estilo” o “tipo”.
Economías de escala para pequeños productores
A fin de establecer y desarrollar una IG, se necesita que exista un enfoque “colectivo” entre los productores y actores varios de la cadena (p.e. definir estándares de producción, establecer una plataforma común para el manejo de la IG; acordar reglas de gobierno de la asociación de productores, lidiar con asuntos de control de calidad y elaborar estrategias de mercado común). Esto genera economías de escala que son beneficiosas para los productores; particularmente en pequeñas estructuras que no tienen una masa crítica para llevar a cabo, por su cuenta, las actividades mencionadas.
“IGs: un monopolio ligero”
Las IGs son un tipo particular de activo de propiedad intelectual. El monopolio sobre un nombre geográfico no es un derecho exclusivo sobre cierta categoría de productos, como en el caso de las patentes. Los productores de “Cafe de Kenya” no se encuentran legitimados, o desean, prevenir a otros de producir café. El derecho conferido por una IG se encuentra limitado a evitar que competidores externos al área geográfica definida ( o que provengan de esta área que pero no respeten el código de conducta) usen el nombre “Kenya” en relación a sus productos. No existe un nexo fáctico entre un régimen legal fuerte de protección de IGs y una reducción en la competencia dentro del comercio internacional de bienes alimenticios y otros productos de origen. Las IGs presentan un riesgo limitado en cuanto a reducir la competencia en el mercado, y tienen sobre todo el potencial de promover comportamientos competitivos entre los productores que buscan diferenciar las ofertas de sus bienes a tráves de la mejora de la calidad. Los consumidores se benefician de las IGs en tanto que reducen los costos de transacción en su búsqueda de productos selectos.
[1] Ver: Impact of a Geographical Indications on Agriculture and Rural Development, Comté Cheese, disponible en:: http://www.origin-gi.com/
[2] Evans G. E. and Blakeney M. (2006), “The Protection of Geographical Indications after Doha: Quo Vadis?” Journal of International Economic Law, Volume (9)
[3] Ver: UNCTAD, UNCTAD Biotrade Initiative (2005) [online]. UNCTAD. Disponible en: http://www.biotrade.org
[4] Charrouf Z. (2007), “L’arganier, levier du développement humain du milieu rural marocain, synthèse, colloque international”, Faculté des Sciences, Université Mohammed V-Agdal, Maroc, 27-28 avril 2007
