La “Agence française de développement” (AFD) apoya desde 2002 el desarrollo de las Indicaciones Geográficas (IG) en los países donde opera.
Como parte de las prioridades de la iniciativa de Ayuda para el Comercio de Francia en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y más concretamente movilizando el Programa de fortalecimiento de las capacidades comerciales, la AFD ha estructurado históricamente sus operaciones en torno a 2 áreas principales: (i) fortalecimiento institucional y (ii) apoyo a la cadena de valor/IGs pilotos.
Durante el periodo 2003-2020, la AFD financió 13 proyectos de IGs por un total de 24 millones de euros en el Sudeste Asiático, África, Oriente Medio, los Balcanes, Cuba y Sri Lanka, y contribuyó a varios proyectos regionales.
En 2021-2022, la AFD decidió llevar a cabo una evaluación de su cartera de proyectos de IGs. Llevada a cabo por el GRET, el objetivo de la evaluación era valorar si las operaciones de la AFD han alcanzado sus objetivos y de qué manera, y qué efectos han tenido, en particular en términos de desarrollo sostenible, con el fin de capitalizar las lecciones aprendidas para futuras operaciones en este ámbito.
En general, la evaluación reconoce la gran pertinencia de los objetivos institucionales de los proyectos. Están en consonancia con los compromisos internacionales de los países beneficiarios, las leyes de propiedad intelectual, las estrategias nacionales de promoción de las exportaciones y las estrategias de reducción de la pobreza. Las leyes, estrategias y decretos de aplicación apoyados por la AFD se están aplicando de manera sostenible.
Por otra parte, las evaluaciones señalan que, si bien el fortalecimiento de las cadenas de calidad parece pertinente para contribuir al desarrollo sostenible, las IGs no son necesariamente la herramienta más adecuada para los productores. Los proyectos suelen centrarse en la creación de IGs (caracterización, identificación, sistemas de control, registro, etc.), y a veces pueden desviar su atención de las necesidades prioritarias de los productores y las agrupaciones (estructuración, gobernanza, mejora de la calidad, búsqueda de nuevos mercados, etc.). Por lo general, los proyectos conducen al registro oficial de las IGs, pero pocos han dado lugar a la comercialización real de productos con IG, por lo que el impacto en los ingresos es limitado. El impacto sobre la biodiversidad y el clima varía y depende intrínsecamente de la naturaleza de los sectores apoyados y de los pliegos de condiciones establecidos. Por último, aunque no es posible medir el impacto preciso sobre el género en esta fase de las intervenciones, parece que la integración de la perspectiva de género en los proyectos ha mejorado significativamente desde los primeros proyectos de IGs.
En conclusión, los evaluadores señalan que la elección de las cadenas de valores de IGs apoyadas resulta crucial para garantizar que puedan utilizarse como palanca para contribuir al desarrollo sostenible de los países en cuestión.
En cuanto a las buenas prácticas que deben desarrollarse para las futuras operaciones de la AFD, los evaluadores recomiendan que se lleven a cabo acciones específicas muy pronto, desde la elaboración de los proyectos y a más tardar en el momento de su puesta en marcha, para tener mejor en cuenta los aspectos económicos, medioambientales y sociales. De hecho, es en la fase de selección de los sectores cuando hay que vigilar su impacto. A este respecto, la herramienta IG, creada por la AFD en 2021 para prestar apoyo técnico y financiero al desarrollo de las IGs, principalmente en África y en los países de las zonas del Caribe y del Pacífico, presta especial atención a tener en cuenta las aspectos sociales y medioambientales en el proceso de selección de los proyectos que financia. En todos los casos, la elección del sello de calidad debe ser realizada por las partes interesadas, organizadas como colectivo y comprometidas con el enfoque, para garantizar su adopción y, por tanto, su sostenibilidad. Los pliegos de condiciones son también una herramienta importante para incitar a las IG a contribuir al desarrollo sostenible, tanto desde el punto de vista del control de los riesgos como de la optimización de los impactos positivos potenciales. Por último, los evaluadores piden a la AFD y a los donantes en general que insistan en la importancia de financiar proyectos relacionados con la fase posterior al registro. Este apoyo es esencial para que las agrupaciones de IGs, especialmente las más débiles, garanticen la aplicación efectiva de los planes de control y el acceso de los productos con IG a los mercados.
La publicación se encuentra disponible aquí (en inglés): LOOKING BACK AT 15 YEARS OF AFD SUPPORT FOR GEOGRAPHICAL INDICATIONS: WHAT CONTRIBUTION TO SUSTAINABLE DEVELOPMENT? HOW TO DO BETTER?
