En diciembre de 2019, la Comisión Europea presentó una estrategia de crecimiento basada en una transición verde e inclusiva: el Pacto verde de la UE. Esta estrategia se traduce en un nuevo paradigma: la prioridad de la CE ya no es promover productos de calidad sino favorecer productos sostenibles y saludables. Para lograr estos objetivos, la CE se ha comprometido a actuar hacia los productores para animarlos a reducir su impacto ambiental y climático y los consumidores para incentivarlos a elegir dietas más saludables. La estrategia “De la granja a la mesa” se ha convertido en el modelo para la transición del sector agroalimentario hacia una economía verde.
Las denominaciones de origen del vino sabían que:
- Cumplían con estándares más altos que otros productos sin IG a través de la certificación y los controles del pliego de condiciones.
- Estaban arraigadas en los mismos territorios y han estado cuidando estos terruños durante décadas, si no siglos.
- Contribuían al desarrollo y la promoción de muchas regiones de la UE y al mismo tiempo preservaban las tradiciones y el saber hacer.
- Estaban comprometidas con la cultura del consumo responsable.
Sin embargo, no estaba claro qué acciones concretas estaban tomando las denominaciones de origen del vino para adaptarse a las crecientes necesidades sociales en materia de sostenibilidad.
Ante este nuevo contexto, EFOW, la Federación Europea de Vinos de Origen , y DWV, the asociación de viticultores alemanes , unieron sus fuerzas en junio de 2021 para llevar a cabo una estudio con Arcadia International sobre el estado actual de las prácticas de sostenibilidad en las denominaciones de origen del vino en Francia, Alemania, Italia, Portugal y España.
El objetivo del estudio era doble: recopilar evidencia sobre la situación actual del sector en materia de sostenibilidad, así como proporcionar información y recomendaciones sobre posibles enfoques futuros.
Los principales resultados del estudio fueron:
- La falta de una comprensión común de lo que significa concretamente “sostenibilidad” ha contribuido al desarrollo de diferentes enfoques entre y dentro de las regiones productoras de vino. Ex. planes voluntarios, criterios obligatorios en los pliegos de condiciones, certificaciones, estudios, colaboración con institutos de investigación, etc.
- Las expectativas en términos de sostenibilidad difieren de una denominación a otra dependiendo de los diferentes “terruños”, condiciones climáticas, necesidades económicas y sociales.
- La sostenibilidad ambiental, social y económica están inherentemente interconectadas.
- Se han emprendido muchas iniciativas de sostenibilidad y otras están en desarrollo. La gran mayoría se refieren a la gestión del suelo, el paisaje y la biodiversidad.
- Muy pocas de esas iniciativas están siendo implementadas por agrupaciones de productores. Sin embargo, un número creciente de operadores en el sector de los vinos con denominación están invirtiendo en una iniciativa de sostenibilidad.
- La mayoría de las agrupaciones de productores están de acuerdo en que la definición de “vino sostenible” implica principalmente esfuerzos asociados con la protección del medio ambiente circundante y el patrimonio local. No es el vino lo que es sostenible, sino su modelo de producción y gestión.
- Ciertos países están más avanzados que otros en la implementación de prácticas de sostenibilidad.
- Las barreras más importantes que impiden que las agrupaciones de productores emprendan iniciativas sostenibles son los costos adicionales y las inversiones necesarias y la burocracia excesiva.
El estudio también ayudó a identificar las mejores prácticas y definir la mejor ruta para armonizar los requisitos de sostenibilidad. De hecho, el estudio concluyó que un enfoque voluntario con un sistema dinámico/impulsado por resultados, con respecto a las necesidades/terruños/operadores de cada denominación, era la mejor opción, a diferencia de un sistema único con criterios específicos.
Además, el estudio destacó que, por su relevancia económica, enfoque colectivo y presencia en el territorio, las denominaciones deben ser vistas por las autoridades públicas como estratégicas. Por el vínculo inherente que tienen con un determinado terruño, las denominaciones no podrán deslocalizarse, viéndose obligadas a adaptar sus sistemas de producción para contribuir positivamente a la protección del medio ambiente. Además, el enfoque participativo de la agrupación de productores que promueve acciones conjuntas y la adopción de las mejores prácticas puede contribuir a estimular a los operadores a hacerse cargo y elaborar un programa de sostenibilidad.
Leer la versión completa del estudio y sus anexos (únicamente en inglés).
